Pómulos.
¿Qué problema soluciona la cirugía de pómulos?
Normalmente asociada a intervenciones en el mentón e incluso en la nariz, la cirugía estética aplicada a los pómulos trata de adecuar esta parte del rostro a la forma de la cara, armonizando así la imagen facial en su conjunto.
Los resultados son, a menudo, sorprendentes, ya que el contorno facial varía considerablemente, sobre todo en el caso de pacientes con rostros muy ovalados.
¿En qué consiste una operación de pómulos?
Los pómulos pueden atenuarse extrayendo la grasa que se encuentra en las mejillas. También puede aumentarse implantando una prótesis de silicona desde la cavidad bucal (lo que no deja cicatrices), a través de la técnica de lipofilling o mediante la inyección de ácido hialurónico.
En cualquiera de los casos, el objetivo de la cirugía de pómulos es redefinir estos para otorgar al rostro una forma más amable y juvenil.
Esta operación, que suele durar una hora, requiere la aplicación de anestesia local y sedación según el tipo de paciente.
No es necesario el ingreso en clínica.
Postoperatorio de la operación de pómulos
El posoperatorio tras una intervención de pómulos no conlleva excesivas molestias.
La incorporación a la rutina es inmediata y al cabo de una semana las posibles molestias, dependiendo del tipo de intervención escogido, desaparecen por completo.
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Consulta y preoperatorio
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Procedimiento
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Hospitalización
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Control postoperatorio
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Recuperación
Primera consulta consistente en exploración física, explicación de posibles técnicas y posibilidades. Quirúrgica o mediante inyección de productos o grasa. Análisis preoperatorios, valoración por anestesista si es el caso, consentimiento informado.
Entre 1 y 2 horas. Anestesia local o sedación, Apósito algunos días.
Ambulatorio, sala de recuperación 1 hora si sedación.
Revisión en consulta a los cuatro días, cura. Retirada de suturas si precisa. Revisión 1, 2, 6 meses y anual.
Para ejercicio 10 días. Inflamación va disminuyendo en las primeras semanas.