Toxina botulínica.
Tratamientos con toxina botulínica
El envejecimiento va acompañado de la aparición de arrugas dinámicas causadas por la hiperactividad muscular; por ejemplo, líneas de entrecejo, arrugas alrededor de los ojos, etc. El tratamiento con toxina botulínica tipo A ayuda a sentirse más joven. El resultado se aprecia en la semana posterior a la inyección. El efecto máximo se consigue en 5-6 semanas. La duración del efecto varía en cada caso, pero en general es de 5-6 meses.
¿Qué problemas resuelve la toxina botulínica?
El gran problema de los procedimientos estéticos ha sido, durante mucho tiempo, la corrección de las arrugas dinámicas: “patas de gallo”, arrugas en el entrecejo y frente, etc. Estas se producen por los movimientos derivados de la contracción muscular repetida en una zona. En este sentido, el uso de la toxina botulínica ha conseguido ocupar ese vacío que existía en los tratamientos hasta hace bien poco.
Por otra parte, la toxina botulínica también puede ser eficaz en el tratamiento de determinadas cefaleas por tensión muscular.
¿Qué es la toxina botulínica?
Se trata de una sustancia proteínica natural purificada que impide la contracción controlada de la musculatura, que produce las arrugas por repetición de movimientos.
La toxina botulínica es un material totalmente seguro que ha sido utilizado durante muchos años en los campos de rehabilitación y oftalmología. Su aplicación en procedimientos estéticos comenzó hace más de 15 años.
¿En qué consiste el tratamiento con toxina botulínica?
El tratamiento consiste en unas inyecciones prácticamente indoloras suministradas en las zonas a tratar.
Se realiza sin necesidad de alterar la vida diaria del paciente.
Los resultados son visibles al cabo de unos días.
Un tratamiento reversible
En cuanto al efecto, este es reversible, es decir, al cabo de algunos meses desaparece, precisando de nuevos tratamientos, al menos si se desea mantener el resultado conseguido con la primera sesión.
Tratamientos repetidos hacen que los efectos sean cada vez más duraderos.
¿Es obligatorio repetir el tratamiento cada 6 meses?
No, se puede realizar el tratamiento cuando se desee.
¿Se pierde el resultado, si no se hace el tratamiento cada 6 meses?
No especialmente. Sabemos que la toxina botulínica inhibe temporalmente los mecanismos neuromusculares para relajar el músculo y disminuir la arruga.
Toxina botulínica en hiperhidrosis
El uso de la toxina botulínica está especialmente recomendado en casos de hiperhidrosis o sudoración excesiva de manos, pies y axilas.
Se trata de un procedimiento sencillo y relativamente rápido con el que se consigue un alto grado de satisfacción por parte de la gran mayoría de los pacientes.
Complicaciones de la toxina botulínica
Es necesario realizar una consulta previa antes de realizar el tratamiento, pues existen una serie de enfermedades que no permiten la aplicación de la toxina botulínica.
La toxina botulínica y el tratamiento de las líneas de expresión
La toxina botulínica tipo A es una toxina purificada que en grandes cantidades bloquea las señales nerviosas que van desde el cerebro al músculo produciendo una parálisis generalizada, llamado botulismo.
Sin embargo, mediante la inyección de cantidades mínimas en un músculo facial específico, únicamente se bloqueará la señal nerviosa de este determinado músculo, originando una relajación local.
De esta manera, la toxina botulínica inmoviliza la causa subyacente de la no deseada arruga, es decir, los músculos que tiran y arrugan la piel y eliminan esta determinada expresión. No hay cambios en la sensación percibida por la piel después de la inyección de la toxina botulínica.
La toxina botulínica ha sido utilizada desde el año 1980 para tratar muchas alteraciones musculares, como los tics en los párpados o el parpadeo incontrolado. También la inyección de toxina puede ser utilizada para disminuir la sudoración excesiva de las axilas, palmas de las manos o de los pies.
Áreas tratadas con la toxina botulínica
La toxina botulínica se inyecta directamente en el músculo facial específico para tratar las líneas verticales entre las cejas, las patas de gallo, las arrugas frontales y en el músculo cutáneo del cuello.
Una vez que el músculo se relaja no puede contraerse por lo que no se puede producir esa expresión facial no deseada.
Como consecuencia, las líneas se van suavizando gradualmente y se previene la formación de nuevas arrugas. Los otros músculos que se necesitan, por ejemplo, para elevar los párpados, no se afectan por lo que la expresión natural de la cara se mantiene.
La toxina botulínica no puede utilizarse para las líneas o arrugas situadas alrededor de la boca ya que la acción de los músculos en este área se necesitan para la expresión y para otras funciones importantes, como la de comer.
Tratamiento mediante la inyección de toxina botulínica
El tratamiento supone la inyección de pequeñas cantidades de toxina botulínica en los músculos subyacentes para producir la relajación de estos.
Este tratamiento se puede realizar en unos minutos sin necesidad de periodos de recuperación y solamente con unas mínimas molestias, las que produce la inyección de una aguja extremadamente fina en la piel que previamente se puede insensibilizar con una pomada anestésica.
La toxina botulínica comienza a hacer efecto a los 3-7 días después de su inyección. La mejoría permanece durante 4-6 meses, después de los cuales el efecto se disipa gradualmente y vuelve a recobrarse la acción muscular.
Mediante las inyecciones repetidas se consigue una relajación muscular mantenida y, así, los efectos deseados a largo plazo, que son la desaparición o atenuación importante de estas arrugas. De esto podemos deducir que el mecanismo de acción de la toxina botulínica es muy diferente a la inyección de sustancias rellenadoras de surcos como el colágeno o el ácido hialurónico.
Efectos secundarios de la toxina botulínica
Los efectos secundarios son mínimos y están en relación con la inyección local.
Con relativa frecuencia se pueden sentir molestias o pequeños hematomas alrededor del sitio de inyección. Se pueden utilizar maquillajes después del tratamiento, pero se debe tener cuidado de no presionar o masajear el área tratada durante unas 6-8 horas después de la inyección.
En raras ocasiones algunos pacientes pueden desarrollar debilidad de los músculos vecinos como una relajación temporal de las cejas o dolor de cabeza.
Todos estos posibles efectos secundarios son siempre moderados y temporales y en la mayoría de los casos no existe ninguna limitación para realizar las actividades rutinarias.
Existen enfermedades que son incompatibles con el uso de las inyecciones de toxina botulínica. Así mismo puede interferir con determinados medicamentos por lo que se deben comunicar al médico los tratamientos a los que estemos sometidos. Tampoco debe aplicarse durante el embarazo o la lactancia.
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Consulta y preoperatorio
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Procedimiento
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Hospitalización
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Control postoperatorio
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Recuperación
Primera consulta consistente en exploración física, explicación de posibles técnicas y posibilidades. Explicación de mecanismo de acción y duración de efecto.
En consulta. 20 minutos.
Ambulatorio.
Revisión en consulta a las dos semanas, valoración de simetría.
Dos días de reposo relativo. Duración del efecto entre 4 y 6 meses.