Cirugía plástica para adelgazar: ¿Funciona o no funciona?

Antes de la cirugía para adelgazar 

Perder peso no es sencillo, sobre todo a cierta edad, cuando bajar kilos no significa necesariamente obtener una bonita figura. Pero, como hemos señalado, la cirugía para adelgazar ha de ser el último recurso por dos buenos motivos.

• El primero: se trata de una intervención que, como toda cirugía, conlleva sus riesgos.
• El segundo: de nada servirá una cirugía para adelgazar si no adoptamos hábitos de vida saludables, pues el efecto deseado puede desvanecerse en cuestión de meses.

Por todo ello, lo conveniente y deseable es acudir a profesionales que puedan pautar una serie de rutinas diseñadas para perder peso. Consultar a una persona especializada en nutrición o endocrinología ha de ser la primera opción.

¿Por qué consultar a un endocrino o nutricionista para perder peso?

Un endocrino podrá llevar a cabo un estudio pormenorizado de tu caso, evaluando los factores que posiblemente influyen en tu sobrepeso a nivel hormonal. Esta persona abre una vía de tratamientos plausible antes de recurrir a la cirugía plástica para adelgazar.

A través del análisis de las glándulas y de los órganos que producen las hormonas, un endocrino puede determinar desajustes provocados por un funcionamiento anormal de la glándula tiroides, por ejemplo. E incluso puede detectar problemas mayores, como otras patologías que conllevan aparejado el sobrepeso, por ejemplo, el colesterol.

El metabolismo también tiene mucho que decir al respecto. Una persona con formación y experiencia en nutrición y dietética puede detectar problemas a nivel alimenticio. Una excesiva ingesta de calorías, por ejemplo. De hecho, este tipo de profesionales evalúa el tipo de alimentos que una determinada persona necesita a diario, primero para perder peso y, después, para mantener el equilibrio alcanzado y sentirse bien, diseñando un itinerario alimenticio al respecto.

La importancia de recurrir a estos profesionales estriba en la necesidad de preservar la salud como primera indicación. Normalmente, ha de llevarse a cabo un exhaustivo seguimiento, evaluando así los posibles efectos adversos que conllevaría una determinada dieta para la pérdida de peso. Y es que, es importante que cualquier medida al respecto no acabe en una patología crónica.

Afortunadamente, existen consultas donde un equipo multidisciplinar puede llevar a cabo un estudio y tratamiento conjuntos, con presencia de endocrinos y nutricionistas acreditados. Una respuesta integral al problema será la opción más conveniente en todos los casos. De hecho, el experto nutricionista elaborará la pauta alimenticia en función de los datos obtenidos por el endocrino y en función de los objetivos establecidos para ese paciente concreto.

El equipo médico encargado de cada caso será quien determine la necesidad o no de recurrir a la cirugía corporal para adelgazar.

La importancia del análisis previo

Tanto en endocrinología como en nutrición, es necesario llevar a cabo un estudio del o la paciente previo a cualquier tipo de tratamiento. En dicha fase de análisis, se consulta a la persona sobre sus hábitos de vida, desde la práctica de deporte a tipo de trabajo, ingesta de alcohol, toma de medicamentos… Son muchos los factores a tener en cuenta.

A dicho cuestionario se suman las pruebas médicas pertinentes. Análisis de sangre, examen médico… Se trata de evaluar la situación en la que se encuentra la persona, pero no solo a nivel físico. También se lleva a cabo un análisis psicológico del paciente. Por un lado, para saber hasta qué punto el sobrepeso limita su actividad diaria. Por otro, para averiguar qué incidencia tiene este factor en la salud mental de la persona.

De hecho, en reiteradas ocasiones, el tratamiento hormonal o el protocolo nutricional van acompañados de la prescripción de recurrir a ayuda profesional por parte de psicólogos o terapeutas, que puedan acompañar a la persona con sobrepeso en su camino hacia el bienestar, incluso cuando existe la necesidad de someterse a cirugía para adelgazar.